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Efectos del cambio climático sobre los ecosistemas terrestres: observación, experimentación y simulación
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Resumen: Efectos del cambio climático sobre los ecosistemas terrestres: observación, experimentación y simulación. En España existe ya una cantidad sustancial de evidencias observacionales sobre los efectos biológicos del cambio climático. La primavera biológica se ha adelantado y la llegada del invierno se ha retrasado, de manera que el
período vegetativo se ha prolongado unos 5 días por década durante los últimos cincuenta años, y en las montañas la vegetación mediterránea parece desplazarse hacia
mayores altitudes. Se han observado muchos otros cambios en las últimas décadas en
respuesta a este cambio climático: “secas” más frecuentes y severas, mayores riesgos de
incendio, mayores emisiones de compuestos orgánicos volátiles biogénicos de nuestros
ecosistemas, etc. El calentamiento y la disminución de las precipitaciones previstos para
las próximas décadas, de producirse, afectarán la fisiología, fenología, crecimiento,
reproducción, establecimiento y, finalmente, la distribución de los seres vivos, y por tanto, la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas. De hecho, ya se ha comprobado en estudios experimentales que simulan ese calentamiento y esa sequía, que unas
especies están más afectadas que otras, con lo cual se altera su habilidad competitiva y
se acaba modificando la composición de la comunidad. Se ha visto, por ejemplo, como
disminuía la diversidad de nuestros matorrales. Además de estos cambios estructurales,
en estos estudios también se han encontrado cambios funcionales, como por ejemplo la
disminución de la absorción de CO2
producida por las sequías, o la mayor pérdida de
nutrientes en los lixiviados tras las lluvias en respuesta al calentamiento. Estos cambios
afectan y afectarán los múltiples servicios productivos, ambientales y sociales proporcionados por los ecosistemas terrestres. Por ejemplo, el papel de muchos de nuestros
ecosistemas terrestres como sumideros de carbono puede verse seriamente comprometido durante las próximas décadas. En los próximos años, las políticas de “aforestación”
de espacios agrícolas abandonados y de “reforestación” de zonas perturbadas tendrían
que tener en cuenta las condiciones que se están proyectando para el futuro inmediato.
Entre éstas, destaca la de una decreciente disponibilidad hídrica como consecuencia tanto de la disminución de las precipitaciones y/o el aumento de la evapotranspiración
potencial, como de la mayor demanda de unos ecosistemas más activos por el aumento del CO2
y de la temperatura. La gestión de los espacios forestales, ha de incorporar una
planificación a gran escala que considere la combinación de espacios de tipo diverso, así
como su múltiple uso y el efecto de las perturbaciones, como por ejemplo los incendios
forestales
Summary. Effects of climate change on terrestrial ecosystems: observation, experimentation and simulation. An increasing number of observational evidences on the
biological effects of climate change is becoming available in Spain. Biological spring is
arriving earlier and winter arrival has been delayed, so that the vegetative period has
extended about 5 days per decade during the last fifty years, and the Mediterranean vegetation seems to move upwards in our mountains. Many other changes have been observed in the last decades in response to this climatic change: more frequent and severe
droughts, greater fire risks, greater biogenic volatile organic compound emissions from
our ecosystems... The warming and the precipitation decrease forecasted for the next
decades, if they occur, will affect the physiology, phenology, growth, reproduction, establishment and, finally, the distribution of organisms, and therefore the structure and
functioning of the ecosystems. In fact, it has been already verified in experimental studies simulating warming and drought where some species have been found to be more
affected than others and to present altered competitive ability. As a result, the composition of the community has been found to be modified. It has been observed, for example, as the diversity of our shrubland has decreased. In addition to these structural changes, functional changes have also been observed in these studies. One of them is the
diminution of the CO2
absorption caused by the droughts, another is the greater loss of
nutrients by leaching after rains in response to the warming. These changes affect and
will affect the multiple productive, environmental and social services provided by the
terrestrial ecosystems. For example, the role of many of our terrestrial ecosystems as carbon sinks can be seriously compromised during the next decades. In the next years, the
policies of „aforestation“ of abandoned agricultural areas and of “reforestation” of disturbed areas would have to consider the conditions that are projected for the immediate
future. Among them, it stands out the decreasing water availability as a consequence of
both the diminution of precipitations and/or the increase of the potential evapotranspiration, and the greater demand of ecosystems that are more active because of the increase
of CO2
and the temperature. The management of the forested areas has to incorporate a
great scale planning that considers the combination of different spaces, as we