Entre los resultados obtenidos, el informe de dinámica litoral recoge la simulación de los oleajes predominantes. Con ello se ha caracterizado el comportamiento de la dinámica litoral en la zona, lo que ayuda a conocer las áreas que experimentan menor y mayor dinamismo durante los episodios de temporales marítimos.
Se han realizado observaciones en las propias playas y se ha creado una base de datos que recoge las mediciones realizadas periódicamente en ellas, con el fin de monitorizar los cambios en su anchura y perfil batimétrico sumergido, para conocer la evolución del fondo marino. Esta información se relaciona con las intervenciones humanas, como la extracción de arribazones y la aportación de arena obtenida del cribado de los mismos.
A nivel de Santa Pola, los resultados mostraron una evolución en general positiva. Se realizaron 25 transectos entre todas las playas, la anchura de la playa seca mediante GPS. El 76 % de los transectos presentaron una tendencia positiva o estable. Los datos obtenidos en los perfiles sumergidos confirman que las corrientes litorales con dirección Este-Oeste favorecen el transporte de sedimentos hacia los diques de Vatasa y el puerto de Santa Pola, provocando una importante acumulación de arenas en los fondos de las playas de Levante (20,000 m3) y Varadero (2,600 m3), lo que favorece la reposición de arenas de forma natural en la playa seca cuando se dan condiciones de calma. Algunas de las observaciones se han visto condicionadas tanto por temporales marítimos, como por fuertes lluvias.
A nivel de El Campello, el área general de costa posee una plataforma relativamente amplia, donde predominan sustratos arenosos entre los que destacan pequeñas formaciones de fondos rocosos. El proyecto monitorizó la playa de Carrer de la Mar, con tres calas de estudio entre la bocana del puerto y la desembocadura del río Seco, estableciéndose 12 transectos y realizando 4 perfiles batimétricos, registrado hasta 2,400 posiciones GPS y hasta 1,400 puntos batimétricos. Este tramo litoral se encuentra fuertemente antropizado, con gran cantidad de obstáculos (diques y espigones) para el transporte sedimentario. La presencia del puerto al norte y los espigones repartidos por la playa, seccionan el litoral provocando pequeñas recirculaciones en cada una de las calas.
La distribución de arena varió a lo largo del período estudiado, desplazándose por todo el perfil sumergido. El 75 % de los transectos presentó una tendencia positiva o estable, aunque las observaciones pueden estar condicionadas por la carencia de temporales importantes durante el periodo de estudio. La mayor pérdida de arenas se produjo en el tramo más meridional de la playa. La playa seca presentó variaciones medias en anchura de hasta 21 m en el tramo más afectado.
Con los datos obtenidos se puede modelizar y monitorizar el comportamiento y evolución de estas playas, estimando sus zonas potencialmente más energéticas y consecuentemente determinar áreas propicias para el desprendimiento, por efecto del oleaje incidente, de material vegetal de la pradera. Así, en función de los patrones de comportamiento de las corrientes, generadas por el oleaje incidente, es posible identificar áreas potenciales para albergar arribazones vegetales.
En ambas localizaciones se ha comprobado la utilidad de estos arribazones en primera línea de costa como elemento natural de amortiguación del impacto de las olas sobre la orilla, controlando la erosión y la pérdida de arena. La protección de los arribazones es especialmente efectiva durante los temporales de otoño propios del clima Mediterráneo.
El nivel de vulnerabilidad cambia dentro de una misma playa en función de la anchura en cada zona, la presencia-ausencia de arribazones, que llegan a disminuir el ascenso de la lámina de agua, discontinuidades propias de la arena por acumulaciones naturales o déficits tras procesos de erosión,…, siempre que no hayan sido alteradas por la actividad antropogénica, como puede ser el movimiento de sedimentos o la retirada de arribazones debido a la acción de la maquinaria de limpieza.
En Santa Pola, no parece conveniente aportar arenas obtenidas del cribado de Posidonia en los meses de Marzo a Mayo, ya que es un periodo propicio para los fuertes temporales de Levante y las lluvias torrenciales, lo que favorece el trasvase de arenas desde la playa seca hacia el perfil sumergido.
En El Campello, resulta evidente la degradación sufrida por las praderas litorales de Posidonia oceanica en los últimos años, constatada por la significativa reducción de la cantidad de arribazones sobre la costa.
Son necesarias más series temporales que posibiliten disponer de mayor cantidad de datos que permitan el seguimiento, control y evolución de estas playas e indirectamente del estado de las praderas de Posidonia próximas, estimando el volumen de arribazones y aprovechando su valor como sistema contingente de retención de sedimentos y protección costera.