Este informe técnico proporciona una visión general sobre los impactos del frío y calor extremos en humanos y se enmarca en el proyecto PESETA IV, promovido por el Centro Común de Investigación (JCR) de la Comisión Europea. Durante las intensas olas de calor de junio y julio de 2019, se batieron récords históricos de temperatura en muchos lugares de Europa. Se prevé que estos eventos ocurran con mayor frecuencia y se intensifiquen con el cambio climático. Las proyecciones muestran que el número de ciudadanos de la UE y el Reino Unido expuestos a olas de calor crecerá de 10 millones/año (promedio 1981-2010) a casi 300 millones/año, o más de la mitad de la población de la UE, en un escenario con un calentamiento global promedio de 3°C para finales de este siglo. En caso de no haber adaptación, esto podría resultar en 96.000 muertes anuales por calor extremo, comparado con las 2.750 muertes anuales actuales. Reducir el calentamiento global a 1,5°C limitaría la mortalidad por calor extremo a unas 30.000 muertes al año. El aumento de la exposición y de las muertes previstas por el calor extremo es más pronunciado en el sur de Europa. Los inviernos más suaves reducirán significativamente la exposición al frío extremo y las muertes por este motivo, casi 10 veces con un calentamiento global medio de 3°C para finales de este siglo.