-En conjunto, se identificaron aquellas áreas, sistemas y sectores económicos más sensibles al cambio climático.
Se hizo un diagnóstico de qué medidas de adaptación se han aplicado previamente a las cuencas de estudio y qué efecto han tenido. A partir de los resultados obtenidos en las modelizaciones de escenarios socioeconómicos y climáticos en las 3 cuencas estudiadas para el horizonte 2030-2050, se ha procedido a proponer qué medidas de adaptación deberían implementarse en la gestión del agua. Se han definido nuevas medidas de adaptación y algunas de ellas se han implementado como pruebas piloto (agrícola y forestal)
Se ha realizado el seguimiento de los efectos de las pruebas piloto en las tres cuencas.
Se han divulgado los resultados en diferentes redes y plataformas.
El proyecto está probando sobre el terreno distintas estrategias de adaptación orientadas a reducir la vulnerabilidad de bosques y cultivos mediterráneos al cambio climático. Y persigue también valorar los costes económicos y ambientales asociados a la aplicación – o no - de las diversas medidas.
En el ámbito forestal, el proyecto ha evidenciado la necesidad de intervenir en los bosques mediterráneos que, tras ser sometidos a una fuerte explotación secular, fueron abandonados en las últimas décadas debido al despoblamiento rural y a la generalización de los combustibles fósiles. Ello ha conformado masas forestales muy densas y poco maduras y, consecuentemente, muy sensibles al estrés hídrico y con un elevado riesgo de incendios. La propuesta que hace el LIFE MEDACC es reducir la densidad de árboles para acelerar el proceso natural de sucesión hacia bosques más maduros. Para ello, se han aplicado diferentes tratamientos - claras y entresacas fundamentalmente - en distintas condiciones ambientales, de pendiente, de profundidad del suelo, etc. Así, se ha podido comprobar qué tratamientos funcionan mejor en cada situación y también conocer sus costes, para concretar después las recomendaciones de gestión adecuadas en cada caso.
Junto a estas prácticas específicas de gestión forestal, se evidencia también la necesidad de reforzar la ganadería extensiva y mantener y recuperar los tradicionales paisajes agroforestales en mosaico, que albergan una mayor biodiversidad y son menos vulnerables a los diferentes impactos.
En cuanto a la agricultura, se han probado diversos métodos en cultivos de maíz y manzanos que han permitido -con muy bajos costes- ahorros de agua de entre el 20% y el 30%, manteniendo la producción. La metodología se basa en aplicar tecnologías sencillas para conocer, con la mayor precisión posible, las condiciones ambientales y las previsiones meteorológicas en las distintas parcelas de cultivo y, con esos datos, calcular exactamente los aportes de agua semanales que cada parcela requiere. Esta información se transmite a los agricultores que, de esta forma, pueden incrementar sensiblemente la eficiencia del riego, reducir costes y contribuir a mejorar al mismo tiempo la disponibilidad de agua en la cuenca.