La emergencia climática es una crisis de derechos humanos de una magnitud sin precedentes, así lo afirma Amnistía Internacional (AI) en su informe ¡Dejen de destruir nuestros derechos! Qué deben hacer los gobiernos y las empresas para proteger a la humanidad frente a la crisis climática publicado el pasado 7 de junio. En el informe se hace una revisión de cómo la crisis climática está profundamente vinculada a la crisis humanitaria.

La emergencia climática ya está causando estragos en la vida de millones de personas, profundizando la desigualdad y la discriminación, y amenazando el disfrute de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las generaciones presentes y futuras y, en última instancia, el futuro de la humanidad.

En este informe se destaca cómo la crisis climática tiene repercusiones desproporcionadas para la población de los países en desarrollo, especialmente de los pequeños estados insulares de baja altitud y los países menos adelantados, debido no sólo a su exposición a desastres relacionados con el clima, sino también a factores políticos y socioeconómicos subyacentes.

El movimiento llama a los Estados a actuar en consecuencia y abordar simultáneamente la descarbonización y la mejora de la capacidad de adaptación de la población y a la vez trabajar en favor de los derechos humanos.

Amnistía Internacional es un movimiento integrado por 10 millones de personas que hace campaña en favor de cambios que permitan que todo el mundo disfrute de sus derechos humanos.

Puedes descargar el informe aquí.