El cambio climático está exacerbando las desigualdades preexistentes, sobre todo en los contextos urbanos más vulnerables. Las olas de calor azotan nuestras ciudades cada vez con mayor frecuencia, pero no todas las personas ni todos los barrios se ven afectados por igual.
Las vulnerabilidades sociales y espaciales existentes se entrecruzan con los impactos climáticos, amplificando las desigualdades y planteando un reto para el desarrollo de políticas y medidas eficaces de gestión de riesgos. Mediante un enfoque interdisciplinar que combina la climatología, el análisis socioeconómico y la participación local, exploramos cómo los riesgos relacionados con el calor se manifiestan de forma desigual en el espacio y la sociedad. Utilizando el estudio de caso de la ciudad de Turín - donde los análisis de las olas de calor revelaron diferencias significativas en las tasas de mortalidad vinculadas a factores sociodemográficos y características del entorno construido- reflexionamos sobre las formas de integrar diversos métodos y competencias de la investigación y la práctica urbanas, lo que lleva al desarrollo de metodologías participativas y de codiseño.
Las prácticas de inclusión social, que van desde la participación ciudadana para incorporar las percepciones de riesgo hasta las entrevistas con los responsables políticos para investigar los retos actuales, se combinan con el diseño de herramientas y métodos que pueden respaldar las decisiones públicas encaminadas a fomentar una transformación urbana justa y resiliente, que conecte datos, comunidades y políticas.