Los riesgos naturales, como los terremotos, las inundaciones o las tormentas, pueden iniciar eventos que pueden poner en peligro la seguridad y el funcionamiento de las instalaciones peligrosas y desencadenar un accidente.
Los impactos del cambio climático como las sequías, la elevación del nivel del mar o las inundaciones, entre otros, afectan, de manera directa e indirecta, al sustento de los hogares y pueden hacer que el ambiente se vuelva inhabitable.