La mayor parte de las soluciones implementadas en la construcción del edificio IMDEA son medidas de adaptación y de mitigación del cambio climático al mismo tiempo.
El edificio ha sido diseñado de acuerdo a los criterios de arquitectura bioclimática, con el fin de lograr temperaturas bajas en el interior durante los períodos calurosos y minimizar el uso de energía para la refrigeración y la iluminación.
Además de realizar un uso eficiente de las fuentes de energía a disposición (solar, geotermia, etc.), por su propia estructura arquitectónica el Instituto IMDEA Energía tiene un enfoque de eficiencia y versatilidad. Cuenta con una envolvente con superficies diáfanas de grandes dimensiones, sobre todo en los muros cortina, lo que mejora la calidad energética (llega más radiación) y visual del edificio. La instalación de parasoles sobre algunos de los huecos, junto con la propia orientación del edificio, hace que se aproveche al máximo la luz entrante en momentos de baja altura solar (primeras horas del día y últimas de la tarde) y que cuando la altura sea mayor o los niveles de radiación total muy elevados, protejan a los usuarios ante un excesivo nivel de ganancia térmica por radiación solar o ante la posibilidad de deslumbramientos. Las lamas móviles del parasol suroeste están automatizadas en función de la incidencia de la radiación solar.
Los paneles interiores que compartimentan los diferentes módulos están realizados en vidrio, en un esfuerzo para dejar que la luz natural penetre en todas las dependencias del edificio.
Las fachadas del edificio son trasventiladas con aislamiento de 80 mm y diferentes acabados exteriores para un resultado óptimo.
Se han desarrollado medidas de adaptación con respecto a la gestión del agua. Se han implementado sistemas de ahorro de agua: por ejemplo, los lavabos, los inodoros y los urinarios son de muy bajo consumo de agua y el ahorro supone en torno a un 40% en comparación con un edificio convencional. Además, se recolecta en un aljibe el agua de la cubierta y se usa para regar áreas verdes o para otros fines. Se han tenido en cuenta no sólo las sequías extremas, sino también las precipitaciones extremas: el aparcamiento está diseñado como una superficie permeable que drena el agua rápidamente después de la lluvia.
Las cubiertas del edificio se han recubierto con material drenante de protección (emugrava) en color blanco para reducir el efecto de isla de calor.
También se ha prestado atención a la biodiversidad y al valor natural de la zona. La zona verde que rodea el edificio está cubierta con árboles y plantas locales y supone más del 40% de la superficie total.
Las medidas de mitigación climática que se han tenido en cuenta se centran principalmente en la eficiencia energética, las fuentes de energía renovables y el consumo reducido de energía.
Tres años después de su finalización, el edificio se ha vuelto más eficiente energéticamente cada año gracias a este sistema de monitoreo. Un sistema cerrado de refrigeración del agua también apoya la eficiencia energética e hídrica del edificio. Se han instalado, como fuentes de energía renovable, un sistema de almacenamiento de energía termal de acuíferos, cogeneración y paneles solares.
Además de hacer un uso eficiente de las fuentes de energía (renovables) disponibles, el edificio se centra en la eficiencia y la versatilidad por su estructura arquitectónica. Se ha tenido especial cuidado en la orientación del edificio: se han diseñado y comparado diferentes sistemas de fachada para desarrollar la fachada óptima según su función y orientación. El edificio fue diseñado en módulos, por lo que podría expandirse o dividirse sin afectar su funcionalidad o su imagen. El núcleo del edificio constituye literalmente el corazón del edificio y está diseñado como un lugar natural de encuentro e interacción. Los módulos de investigación se colocan a su alrededor. En esos edificios el equipo técnico se sitúa en la parte superior, formando así una cubierta pasiva de defensa contra la excesiva radiación solar y el calor.
La eficiencia de los recursos fue otro foco importante del proyecto. Durante la construcción se han utilizado materiales reciclados, como el acero, el aluminio o el vidrio, así como componentes locales, tales como piedra natural, hormigón y materiales cerámicos. La sostenibilidad de los materiales también ha sido una cuestión importante y por eso los materiales derivados de la madera cuentan con certificado FSC. Todo el edificio IMDEA fue diseñado y desarrollado de acuerdo con las especificaciones del “Green building” (establecido por el Consejo de Construcción Verde de Estados Unidos) y obtuvo la certificación LEED Gold.
También se aplican medidas de mitigación del cambio climático a través de medidas conductuales: se incentivan los coches eléctricos y el uso compartido de vehículos mediante la reserva de plazas especiales en la zona de aparcamiento de IMDEA.