Autor de la imagen: Mª del Pino Palacios Díaz/Fototeca CENEAM
Las islas de la Macaronesia[1] no son ajenas a los efectos del cambio climático, siendo muy vulnerables a sus consecuencias dada su particular situación geográfica, insularidad, lejanía del continente, fragmentación, dependencia exterior, escasez de recursos naturales, densidad demográfica, dependencia del sector turístico y gran biodiversidad.
La disminución de su ya escasa disponibilidad hídrica, junto a una demanda creciente de agua (aumento de población, nivel de vida, turismo,…) provoca un déficit que favorece la competencia por el agua entre los distintos sectores económicos, afectando de manera muy importante a su desarrollo global.
En estas condiciones, la adecuada gestión de recursos hídricos y reutilización de aguas depuradas con calidad físico-química y microbiológica, resulta fundamental y necesaria para riegos agrícolas, campos de golf, zonas verdes, y otros usos no potables, contribuyendo a paliar su déficit y favorecer la conservación medioambiental.
[1] Enclave biogeográfico formado por los archipiélagos atlánticos de Azores, Madeira, Islas Salvajes, Canarias, Cabo Verde y un pequeño enclave en la costa noroccidental de África