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La Unión Europea presenta su nueva Estrategia de Adaptación al Cambio Climático
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La Comisión Europea ha publicado su nueva Estrategia de Adaptación al Cambio Climático para preparar a los 27 ante los “efectos inevitables” de este fenómeno y reducir la vulnerabilidad ante estos a fenómenos extremos como olas de calor, sequías e inundaciones.
El objetivo de la estrategia es progresar de la compresión de los riesgos al desarrollo de soluciones y de la planificación a la aplicación de medidas para avanzar en el objetivo de una Europa climáticamente neutra para 2050 y adaptada y resiliente frente al cambio climático, en línea con el Acuerdo de París y la Ley del Clima comunitaria.
Las directrices europeas pretenden establecer que la adaptación al cambio climático sea más inteligente, más rápida y más sistémica. Esto supone disponer de datos fiables con los que los Estados puedan conocer plenamente los riesgos presentes y futuros y puedan usarlos como base para la toma de decisiones y planificación de acciones, así como intensificar la colaboración con todos los sectores implicados, como la agricultura, el transporte o la actividad aseguradora, y actuar sobre el territorio con acciones adaptadas a cada terreno con un especial hincapié en las soluciones basadas en la naturaleza. En definitiva, acelerar la programación e implementación de las medidas de adaptación de los Estados miembro.
COOPERACIÓN Y CONOCIMIENTO
Uno de los ámbitos en los que la Unión pretende ampliar sus horizontes de conocimiento y acción es el de los océanos, que constituyen ecosistemas muy valiosos para la el conjunto del sistema climático y la biodiversidad.
La estrategia también proyecta el refuerzo de algunos mecanismos como el seguimiento y la evaluación de los impactos y los riesgos, la información sobre la acción en materia de adaptación por parte de los Estados Miembros y el uso de indicadores compartidos para reconocer la evolución de los retos que el cambio climático nos plantea.
La cooperación internacional también es uno de los asuntos abordados en la estrategia con el objetivo de que la preparación ante los fenómenos extremos avance a nivel global y en todos los niveles de gobernanza en sintonía con los esfuerzos europeos. Los países del continente africano y los pequeños Estados insulares serán algunos de los objetivos de este plan de diplomacia climática, que contemplará impulsos a la financiación internacional, el aumento de la eficacia y el suministro de recursos.
Entre las propuestas desarrolladas, destaca la actualización de la Plataforma Europea de Adaptación al Clima (Climate-ADAPT), una herramienta conectada con AdapteCCa. También prevé su ampliación con un observatorio con el objetivo de potenciar el seguimiento, análisis y prevención de los impactos que tiene el cambio climático sobre la salud.
El recientemente aprobado Plan Nacional de Adaptación 2021-2030, en su voluntad de servir como herramienta para construir un país menos vulnerable, más seguro y resiliente a los efectos y riesgos del cambio climático, coincide en el diagnóstico de necesidades y mecanismos planteados por la estrategia europea para dar respuesta ante la creciente vulnerabilidad de toda Europa y especialmente de regiones como la mediterránea.
PÉRDIDAS ECONÓMICAS
Los costes del cambio climático no solo son ambientales, sino también económicos y sociales. Según los cálculos de la Comisión Europea, las pérdidas económicas derivadas de los fenómenos meteorológicos están aumentando y alcanzan ya una media de más de 12.000 millones al año en la UE. Con estimaciones "prudentes", esta cifra podría llegar a los 170.000 millones anuales si la economía actual de la UE quedara expuesta a un calentamiento global de 3 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
El documento también reconoce que las pérdidas económicas y los impactos se están distribuyendo de forma desigual entre los territorios de la Unión Europea y su población y apunta al reto que esto supone para regiones sometidas a mayores impactos.
La salud de los europeos también sufre los efectos de eventos extremos como olas de calor o el nivel de calidad del aire. En contrapartida, cada dólar invertido en medidas de prevención y resiliencia al cambio climático supone un ahorro de entre 4 y 7 dólares de gasto futuro.