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El Día de los Humedales, dedicado al cambio climático
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El día Mundial de los Humedales 2019 se ha dedicado de forma específica a resaltar el papel de estos espacios frente al cambio climático. Desde la perspectiva de la adaptación, hay que destacar que las zonas húmedas tienen un papel protector frente a los impactos del cambio climático: los humedales costeros (marismas, praderas de fanerógamas marinas y otros) atenúan la intensidad de las olas y protegen la línea de costa frente a los embates marinos. Los humedales continentales (llanuras de inundación, lagunas y otros) almacenan el exceso de lluvia, reduciendo las inundaciones. En este sentido, los humedales forman parte de las denominadas “soluciones ecosistémicas” o “soluciones basadas en la naturaleza”, que permiten reducir las vulnerabilidades frente al cambio climático.
Desde la perspectiva de la mitigación, humedales continentales y praderas marinas constituyen importantes almacenes de carbono y, en muchos casos, poseen una capacidad de absorción de CO2 elevada. De hecho, a partir de 2026, los humedales serán incluidos en la contabilidad de emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero correspondiente al sector de la silvicultura y otros usos de la tierra. De esta forma, la gestión que se haga de humedales influirá en las cuentas de carbono en la escala nacional y europea y, consecuentemente, en el logro de los objetivos de reducción neta de emisiones de gases de efecto invernadero.
El reto de conservar los humedales en un contexto de cambio climático
En España, el cambio climático ha provocado en el último medio siglo una reducción generalizada de los caudales de los ríos, así como de las tasas de re carga de los acuíferos. Otros efectos constatados son el aumento de la temperatura del agua, tanto en los ecosistemas de agua dulce como en los mares y océanos. Las proyecciones climáticas para nuestro país señalan que estas tendencias seguirán avanzando a lo largo del siglo XXI, convirtiendo la conservación de los humedales en un reto de envergadura. El MITECO contribuye a evitar la degradación de los humedales, impulsando los proyectos de restauración y protegiéndolos frente a amenazas como drenajes, extracciones abusivas de agua o vertidos.