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La AEMA publica un informe sobre los retos y oportunidades de adaptación del sistema energético europeo frente al cambio climático
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La Agencia Europea de Media Ambiente (AEMA) ha publicado un informe según el cual todas las partes del sistema energético europeo, desde la disponibilidad de fuentes de energía hasta el consumo de la misma, son potencialmente vulnerables al cambio climático y a los fenómenos meteorológicos extremos.
El informe "Retos y oportunidades de adaptación para el sistema energético europeo" analiza las necesidades de adaptación y resiliencia al cambio climático del sistema energético europeo actual y futuro. Esta evaluación apoya la transición hacia un sistema de energía limpia, que implica una expansión masiva de las fuentes de energía renovable, muchas de las cuales son sensibles a los factores climáticos.
La nueva evaluación advierte de que el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos afectan cada vez más a todas las partes del sistema energético europeo. Los cambios más importantes incluyen el aumento de las temperaturas medias y extremas del aire y del agua, cambios en la disponibilidad de agua, los fenómenos climáticos extremos y los peligros costeros y marinos. Estos cambios afectarán a la disponibilidad de fuentes de energía primaria -especialmente fuentes de energía renovables- así como a la transformación, transmisión, distribución y almacenamiento de energía, y su demanda.
Algunos de los impactos del cambio climático en el sistema energético pueden ser económicamente beneficiosos, como la reducción de la demanda de energía para calefacción, pero muchos de ellos son negativos tanto para el sector energético como para la sociedad en su conjunto. Tales impactos incluyen la reducción de la disponibilidad de agua tanto para la refrigeración de las centrales térmicas y como para la producción de energía hidroeléctrica, así como el aumento de los riesgos para la infraestructura energética debido a fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar, según la evaluación.
El informe resalta que los impactos del cambio climático y las necesidades de adaptación relacionadas, varían significativamente entre las regiones europeas. En general, el norte de Europa experimentará impactos tanto beneficiosos como adversos en su sistema energético, mientras que las regiones del sur de Europa se enfrentan a impactos abrumadoramente adversos.
La UE está construyendo la Unión de la Energía, cuyo objetivo es hacer que la energía sea más segura, asequible y sostenible. El motor clave de los cambios en el sistema energético mundial y europeo es la necesidad de una transición hacia una energía limpia que reduzca drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. La evolución del marco político en el marco de la Unión de la Energía ofrece oportunidades únicas para integrar la adaptación al cambio climático en la planificación energética nacional y europea. La evaluación recomienda tener en cuenta los efectos del cambio climático en la elaboración de planes nacionales sobre el clima y la energía además de estrategias a largo plazo en el marco de la Unión Europea de la Energía. Los agentes del sector energético también deberían considerar el refuerzo de la resiliencia frente al cambio climático como parte integral de su negocio.
Las principales conclusiones de la evaluación son:
- En general, se prevé que la disponibilidad de agua aumente en Europa septentrional y disminuya en Europa meridional, pero con marcadas diferencias estacionales. Estos cambios pueden afectar la disponibilidad de agua de refrigeración para las centrales térmicas, el potencial hidroeléctrico y de bioenergía, el transporte de combustible en los ríos y la demanda de energía para el suministro de agua.
- La sustitución de las centrales eléctricas de carbón por energía solar y eólica reduce radicalmente las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de agua, contribuyendo así a la mitigación y adaptación en regiones con escasez de agua.
- Los biocombustibles y la captura y almacenamiento de carbono requieren cantidades significativas de agua o tierra cultivable, lo que puede limitar su expansión, en particular en regiones con escasez de agua.
- El calentamiento de las temperaturas disminuye la demanda de energía para la calefacción, pero aumenta la demanda de energía para la refrigeración. También pueden afectar a la generación y transmisión de electricidad.
- El cambio climático puede afectar el potencial de la energía eólica y solar, pero las proyecciones disponibles están sujetas a una incertidumbre significativa.
- Varios estudios indican que, sin las medidas de adaptación adecuadas, a finales de siglo los daños directos al sistema energético europeo por fenómenos meteorológicos extremos podrían ascender a miles de millones de euros al año, con unos costes indirectos mucho mayores.