El cambio climático es uno de los mayores retos medioambientales y de desarrollo a los que se enfrenta el mundo en la actualidad, y tiene repercusiones críticas sobre los derechos humanos y las desigualdades, incluida la igualdad de género. Para superar estos desafíos, la UE lanzó en 2019 la estrategia europea de compromiso ecológico (EGD), que establece objetivos de no emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050 y de crecimiento económico disociado del uso de recursos, y afirma que ninguna persona y ningún lugar deben quedar atrás. Este informe presenta 12 buenas prácticas sobre cómo integrar la perspectiva de género en los ámbitos políticos de la EGD para promover simultáneamente un mundo más igualitario y más ecológico. El término «buena práctica» se refiere a un proyecto, programa o iniciativa que tiene éxito a la hora de abordar la representación equitativa de mujeres y hombres, demuestra un contenido sensible al género, es transferible a otros países y contextos y sirve de inspiración a la hora de mostrar soluciones para abordar los retos de la igualdad de género.