Este informe técnico proporciona una visión general sobre el riesgo y la vulnerabilidad de incendios en Europa y se enmarca en el proyecto PESETA IV, promovido por el Centro Común de Investigación (JCR) de la Comisión Europea. En Europa, los bosques cubren alrededor de un tercio de la superficie continental. Sin embargo, el continente se caracteriza por una alta fragmentación de la cubierta terrestre con complejos patrones de asentamientos humanos y usos del suelo, donde las áreas pobladas se encuentran con frecuencia cerca de las áreas silvestres. Esta interfaz humano-naturaleza puede deberse tanto a la expansión de las áreas silvestres (por ejemplo, en zonas agrícolas abandonadas) como a la extensión de los asentamientos en áreas previamente caracterizadas como silvestres. En consecuencia, los incendios forestales tienen un gran impacto sobre los recursos agrícolas y los asentamientos urbanos, con consecuencias críticas para la seguridad y la salud de los ciudadanos, la salvaguarda de los bienes económicos y la provisión de servicios esenciales de los ecosistemas dañados por el fuego. Además, el cambio climático puede alterar directamente los regímenes de incendios en Europa y en todo el mundo y afectar a las condiciones biofísicas de los ecosistemas, de modo que, en algunas zonas de Europa, la estructura actual de la vegetación podría resultar irrecuperable tras los daños causados por los incendios.