La desertificación no es un problema del futuro ni una amenaza lejana confinada a regiones áridas de continentes remotos. Es una realidad que ya está moldeando los paisajes, economías y comunidades de nuestro país. En España, uno de los países europeos más vulnerables a la degradación de la tierra, la desertificación avanza en silencio, pero con consecuencias palpables: pérdida de fertilidad del suelo, retroceso de la vegetación natural, incremento de incendios forestales, disminución de recursos hídricos y abandono de usos tradicionales del territorio. Frente a este escenario, el Atlas de la desertificación de España (ADE) nace con un propósito doble: documentar con rigor científico la complejidad del fenómeno y ofrecer una herramienta accesible, visual y actualizada para comprenderlo, anticiparlo y actuar.