Este informe explora el concepto de refugios climáticos comunitarios como una respuesta transformadora ante la crisis climática. A lo largo del documento, se analiza cómo estos espacios —más allá de ofrecer protección frente a fenómenos extremos como olas de calor o frío— pueden convertirse en lugares de cuidado, encuentro y resiliencia vecinal. Desde una mirada ecofeminista e interseccional, propone una red de refugios que no solo mitigue los impactos del cambio climático, sino que también promueva la justicia ambiental, el derecho a la naturaleza y nuevas formas de organización social basadas en el apoyo mutuo y la corresponsabilidad.